Hoy, lejos del colegio, (¡qué felicidad!) me es frecuente encontrar este tipo de gente, esa gente que consigue un puesto con importantes responsabilidades, y ante la indispensabilidad de su labor, abusan de su poder. Se sientan en su silla, y sólo porque los otros no realizan su mismo oficio, se sienten superiores. El valor de su puesto, se les trepa por el culo para instalarse en la cabeza. Se transforman, y cuando les preguntan -¿Quién es usted?- ya no dicen soy Juan Pérez, primero dicen soy abogado (por ejemplo) y por si acaso dicen su nombre después.
Uy, qué miedo un carabinero; el guardia del supermercado que te observa sin disimulo mientras compras; la persona que pesa el pan que no está o se demora en atenderte y no le importa jugar con la delicada paciencia; el chofer que no para mientras tú le pides amablemente que lo haga; los cajeros que hablan por teléfono o hablan con sus compañeros mientras te atienden, demorándose una eternidad, y que ni siquiera te miran a los ojos; los panelistas de tolerancia cero, que atacan con preguntas y parece que fueran superiores, por favor cualquiera en su posición lo haría fácilmente, basta con poner cara de inteligente y tener ese espacio de “Aquí Yo hago las preguntas”; los políticos que tienen en su palabra la verdad, que tienen derecho a todo, incluso de exponer al resto al peligro, viajando por nuestras carreteras a exceso de velocidad…
- Usted no sabe con quién se está metiendo- dicen algunos. Qué poder que les da su puesto, les vuela la cordura, son incapaces de ver sus errores y diariamente se preocupan de alimentar su ego acosta de la humillación a los demás.
Estaba sentada en el asiento del conductor, y comenzó a treparse por mi esa sensación de ¡qué bacán soy! Yo, manejando un auto. Pero antes de presionar el acelerador o comenzar a tocar la bocina a la gente impertinente (cosa que NO se debe hacer), me acordé que seguía siendo yo la que iba a manejar esa máquina; yo, que hasta me tropiezo con mi propio pié.

Un puesto, el que sea, no nos convierte en súper hombres o súper mujeres, irremediablemente seguimos siendo los mismos.
Peter Parker (Spiderman) dijo: " CON UN GRAN PODER VIENE UNA GRAN RESPONSABILIDAD"
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