No sé si a esta altura de mi vida habré verdaderamente conquistado algún reino... la probabilidad es nula. No tengo una tierra, no tengo súbditos, ni trono, ni corona; pero sí se podría decir que tengo una corte real en casa... y afuera, en la calle, tengo gente que me dice REINA. Para el señor verdulero de la esquina, no soy una casera más... soy LA REINA. Papas, lechuga, tomates, manzanas, peras... todo me sabe mejor por esa simple simpatía. Menos complicada que antes;
definida por algunos como: niña que piensa
en la inmortalidad del cangrejo,
que se va en la volá’ y extravagante.
Aquí estoy de nuevo, en esta terapia.
El asunto es simple: la vida como es, con todos sus altibajos.
Causas queprovocan efectos, y
a veces defectos.
Está claro, este blog es para desahogarse.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Hay ángeles entre nosotros
No sé si a esta altura de mi vida habré verdaderamente conquistado algún reino... la probabilidad es nula. No tengo una tierra, no tengo súbditos, ni trono, ni corona; pero sí se podría decir que tengo una corte real en casa... y afuera, en la calle, tengo gente que me dice REINA. Para el señor verdulero de la esquina, no soy una casera más... soy LA REINA. Papas, lechuga, tomates, manzanas, peras... todo me sabe mejor por esa simple simpatía. domingo, 22 de noviembre de 2009
Los padrinos

Tengo padrinos muy buenos, que sigo casi al pie de la letra; incluso en el momento de la exposición me siento como Clarice Starling escuchando a Hanibal Lecter. Pero por supuesto, como hay un derecho también hay un revés, así como de tan buenos que son algunos de mis padrinos (madrinas también) se han cruzado en mi camino algunos (y aún tengo un par pendiente) muy muy malos.
Será por cuestión de adoptar una pose, por aburrimeinto, por aprovechamiento de ver en mí la posibilidad de practicar su retórica... no lo sé. Pero me colma ese empoderamiento súbito de la pose padrinística. Un empoderamiento ficticio que aflora fuera de contexto y con la gravedad de la carencia de conociemiento de los detalles de mi vida. Lo que tengo que hacer, cómo lo tengo que hacer e incluso cuándo lo tengo que hacer, son intromisiones simplemente intolerables cuando provienen de personas a las que mi corazón no les ha dado permiso. Si tengo algunas lecciones que aprender... bueno, no tengo tantos pelos de tonta.
Dios nos dio una boca y dos oídos para escuchar el doble de lo que hablamos.
Señores Padrinos: No abusen de su cuota con palabras y recomendaciones mecánicas, que de eso en el mundo sobra.
domingo, 15 de noviembre de 2009
El yo creo que... de la ENVIDIA
La envidia.. la tristeza o pesar del bien ajeno, de querer para uno mismo, el éxito, la buena suerte, cualidades o posesiones de otro.
Yo no creo en la envidia sana en el sentido que te alegras por el otro. Yo creo que la envidia es sana en su real sentido. Yo disfruto la envidia, ya sea la propia que uno sufre frente a los demás o la que los demás sufren por causa de uno.
La envidia que uno sufre, te hace luchar por algo, crecer y superarte. Y la envidia que nos tienen los demás es un elemento, que en mi caso particular, utilizo a mi favor por partida doble: si quien me envidia es alguein a quien yo quiero o estimo, hago todo los posible para que esa persona deje de envidiarme a través de la compartición de la cosa, el éxito, lo que sea. De lo contrario, si esa persona me cae mal, entonces la utilización es simple: dejar que se muera de envidia jeje.
Qué pienso de los envidiosos... no creo que exista un grupo reducido de envidiosos; sinceramenre creo que todos somos envidiosos. La envidia es abundante; es una especie de gasolina que hace funcionar a los motores del mundo; es un sentimiento precioso, digno de estimación y aprecio.
Tener en mente cosas envidiables por principio nos llevan a la emulación, a la superación de uno mismo. Está clarísimo que se sufre con la envidia, pero también se sufre, por ejemplo, con estudiar, pero al final terminas disfrutando (gozando los productos y utilidades).
¿Por qué se rehúye la envidia? (este asunto de lo políticamente correcto... pero cuándo la política ha sido correcta!). Me agrada la envidia, la busco, quiero sentirla, me gusta comentarla... Soy perversa... tal vez, pero prefiero manejar la envidia como algo positivo en vez de poner a este sentimiento tan provechoso en una zona de dedecadencia humana, de aspecto negativo, de mal sentimiento... por pura concesión social.
¡Exijo una reivindicación de la envidia! Unas disculpas públicas por ridiculizarla, marginarla y degradarla.
domingo, 8 de noviembre de 2009
La dignidad de los profes
¡No aburras vieja pesa'!
“…-Estrepsíades: Entonces ¿cómo ha de ser justo el pagarte si no tienes noción alguna de meteorología?
-Aminias: si te encuentras apurado, págame al menos el interés.
-Estrepsíades: ¿El interés? ¿Qué animal es ese?
-Aminias: Es el dinero que va creciendo más y más cada día a la medida que transcurre el tiempo.
-Estrepsíades: Muy bien dicho. Pero contesta: ¿crees tú que el mar ahora es más grande que antes?
-Aminias: No, por Júpiter; siempre es igual, porque el mar no puede aumentarse.
-Estrepsíades: ¿Y cómo, gran canalla, si el mar no crece, a pesar de los ríos que en el desembocan, pretendes tú aumentar incesantemente tu dinero?…”
¿Qué significa dignidad para esos profes que están en paro? ¿Algo que se consigue con el pago de la tal deuda histórica? Canallas: el mar de la educación no creció, no crece y al parecer no crecerá por un laaargo rato más ¿Y aún así, ustedes los culpables, pretenden aumentar sus intereses, como a ningún otro oficio se le han otorgado?
Esta situación ya me parece terrible, una verdadera tragedia para todos: para el país, una vergüenza; para la familia, un golpe bajo; para el alumno, una traición.
El profe que lucha por su dignidad… gritando a los doce vientos que ser profesor es desagradable porque los alumnos no respetan; que ser profesor es prácticamente hacer un voto de pobreza.
Señores: hagan su pega, que es el trabajo el que dignifica, no las chorrocientas lucas, que por casualidad les podrían tocar.
Un profe se gana su dignidad como tal, cuando es considerado por el alumno como el profe favorito, el profe capo, el profe simpático, el profe que enseña bien, que inspira… (Y se sabe que quien hace su pega bien recibe suculentos bonos).
Este año escolar para muchos niños será recordado como el año en que fueron víctimas de una traición. Una traición cuya sombra los acompañará por mucho tiempo, con la incertidumbre de no saber si realmente se recompusieron. La certeza de haber recibido una mala y pobre educación, afectará su autoestima; y la inseguridad, probablemente extinguirá sus expectativas.
El profe lucha por dignidad… mientras la dignidad del estudiante es pasada a llevar. Y entonces, cuando los jóvenes se refieren al profe, no le llaman “profe querido”; es mejor conocido como… EL VIEJO QLIAO.
Estoy segura de que hoy existe una deuda histórica: la deuda que tienen los profes para con los niños ¿Cómo la van a pagar?
