
Hace no tantos años atrás, cuando comenzó mi etapa estudiantil y se suprimió gran parte de mi libertad, en el sentido de no hacer lo que quiero cuando quiero; un buen método para mantenerme concentrada y calladita, era entregando al final de la clase, una estrella a los niños que se portaban bien.
Me acuerdo lo incómoda que me sentía, con unas tías medias raras, que nos presentaban el mundo de formas extrañas, con música, dibujos y colores extraños. Estar callada, sentada, hacer dibujos expres, terminarlos a un tiempo determinado... era para mí, absurdo. Sin embargo, el estímulo de la estrella, me mantenía jugando a ser una eficiente hacedora de tares. Qué lindo era ir acumulándolas cada día, llegar a mi casa y esparcirlas todas sobre mi cama. Los colores y el olor al papel del que estaban hechas, se mezclaban con la dicha de que en el día hacía cosas buenas, y que las tías me lo reconocían. Tener demasiadas estrellas me mantenía contenta y con ambición.
Hoy sigo con el mismo comportamiento: soy una callada, sentada, hacedora de tareas... las horas de clases parecen ser más interminables, y las de los trabajos cada vez más expresas. Conscientemente aburrida, poco contenta y con ambiciones lejanas... me pregunto ¿dónde están mis estrellas?
¡Qué áspero es el mundoOoO!
Me acuerdo lo incómoda que me sentía, con unas tías medias raras, que nos presentaban el mundo de formas extrañas, con música, dibujos y colores extraños. Estar callada, sentada, hacer dibujos expres, terminarlos a un tiempo determinado... era para mí, absurdo. Sin embargo, el estímulo de la estrella, me mantenía jugando a ser una eficiente hacedora de tares. Qué lindo era ir acumulándolas cada día, llegar a mi casa y esparcirlas todas sobre mi cama. Los colores y el olor al papel del que estaban hechas, se mezclaban con la dicha de que en el día hacía cosas buenas, y que las tías me lo reconocían. Tener demasiadas estrellas me mantenía contenta y con ambición.
Hoy sigo con el mismo comportamiento: soy una callada, sentada, hacedora de tareas... las horas de clases parecen ser más interminables, y las de los trabajos cada vez más expresas. Conscientemente aburrida, poco contenta y con ambiciones lejanas... me pregunto ¿dónde están mis estrellas?
¡Qué áspero es el mundoOoO!
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