
Entrar en un desierto sin una pista para encontrar una salida o por lo menos al oasis más cercano y no perder el norte... es un reto.
Uff qué alivio sentir la descarga de una etapa superada. Siento como si hubiese ocurrido una especie de evaporación subcutánea de un "algo" indescifrable, pero descriptible en sensación: baja diginidad, volubilidad y consecuentemente suceptibilidad a la manipulación ajena.
Este es el fin de un año extraordinario, un año que partió sin sentido pero que cada día fue tomando color. Un año lleno de eventos accidentales y otros no tan accidentales, pero sí con resulatados positivos y mejores de lo esperado.
Salté al vacío y al fin toco suelo. Una nueva vista, un nuevo camino, un nuevo sabor, sentido y ritmo.
Tengo miedo del futuro, pero sé que los miedos avanzan y se consumen.
Soundtrack de la entrada de hoy
O
The universal, Blur
No hay comentarios:
Publicar un comentario