
Dicen que la venganza es un plato que se come frío... pero con la certeza de que mi proyecto proyectil podría funcionar, estoy segura que al final de cuentas no voy a poder manejarme con el papel de victimaria... jajaja.
Así que me quedo con la otra opción que es más cara: "Extirpar del corazón el deseo de venganza". Ya me dicen mis buenas almas protectoras, que ese sentimiento tan feo no debería estar en mi corazón.
Bueee...
Para algunos es fácil hacer un salto de página... Pero yo no tengo esa opción, que suena tan simple, en mi vida. Para cada reglón que he de saltar, hay que apretar un enter ¿Sabía usted mi lector(a) que el enter es un carácter? Es más que el espacio en blanco que dejamos; cada enter que apretamos tiene un peso en bites.
Por ahora apagar el computador y retorno a la calma... calma... porque este sentimiento iracundo está condenado al fracaso. Será la tranquilidad la obra maestra que he de construir...
Por encima de todo: DIGNIDAD.
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