Menos complicada que antes;

definida por algunos como: niña que piensa

en la inmortalidad del cangrejo,

que se va en la volá’ y extravagante.

Aquí estoy de nuevo, en esta terapia.


El asunto es simple: la vida como es, con todos sus altibajos.

Causas queprovocan efectos, y

a veces defectos.


Está claro, este blog es para desahogarse.


Bienvenid@

domingo, 16 de mayo de 2010

Una semana de silencio

Como nativa dela globalización, perder la herramienta de la navegación universal es simplemente una anulación. Esta semana ha sido una de las más deprimentes del año, simplemente por no estar con mi extensióm más poderosa: el computador.

Me acuerdo que cuando chica, tuve un profesor de lenguaje, que al principio de cada clase nos decía que teníamos que leer todos los días, que teníamos que tener muchos libros, coleccionarlos; siempre nos contaba que tenía más de 5000 libros en su casa, y en su discurso destacaba la importancia de los libros versus el malévolo computador, derretidor de sesos.

Hoy sé, siento, lo equivocado que estaba el profesor. Definitivamente no hay comparación. En lo antidemocrático que es un libro frente a la libertad absoluta que te da tu computador, que es sin duda una prolongación de uno mismo. Uno busca lo que quiere ver, cómo lo quiere ver, y que el cuándo lo quieres ver sea una cosa de mera decisión que se cumple en cuestión de segundos... es algo mágico. Es per-fec-ción.

Tal como las antiguas civilizaciones veneraban al sol, las estrellas, la luna, distintos dioses; hoy, como nueva civilización, también tenemos a nuestro complemento espiritual, por contradictorio que parezca. Ya es tiempo de hacerlo evidente, que la generación anterior no nos suprima, ni nos dé lecciones de antigua moral anti-tecnológica. Déjenos con nuetro computador, no nos impidan ser felices.

Oda a Mi navegador universal

Oh tú, dulce cantor de mis melodías cerebrales,
compositor de colores,
recitador de poemas,
valiente marinero,
surcador de mares y tormentas,
perseguidor de objetivos,
buscador incansable.

Sin ti la vida es sólo piel y huesos,
contigo, electricidad y luz.

Yo sé que no tienes la culpa; todos nos enfermamos alguna vez. ¡¡ Vuelve pronto de tu reparación!!

Hoy más que nunca, entendiendo mi aprecio por ti, prolongación de mi alma; esta capitana orgullosa de tu oficio, te extraña.

(Entrada hecha en compuador ajeno.)

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