Me carga este comercial. Tiene bonitas imágenes, el soundtrack de uno de mis cantantes preferidos: Jorge Drexler, con mi canción favorita “Me haces bien” y, es capaz de abrir el apetito al más anoréxico, pintando así en tonos belleza, ternura, virtud… una de las situaciones que yo menos tolero, que simplemente no puedo manejar: La diplomacia en la vida cotidiana.
No lo puedo creer, ¡el petizo se vende por un tuto de pollo! Y la reacción obligada a la que te somete el encanto escénico del comercial es decir: ¡aaaah qué tierno! Y qué decir para el descaro del eslogan: Como tú, como la vida… ¿¿¿Cómo yo??? Ni ca…
Una cosa es la diplomacia como ciencia, como método de relación entre las naciones, evidentemente necesaria y muy indispensable para la sobrevivencia de los países pequeños. Aunque existen situaciones políticas en la que no está nada de mal la supresión de la diplomacia, como el famoso ¡POR QUÉ NO TE CALLAS! del rey de España al burdo de Chávez. Pero otra cosa es la diplomacia en la vida cotidiana. Cuántas veces nos ha tocado responder a:
¿Estoy muy viej@?
¿Qué edad crees que tengo?
Entre ell@s ¿a quién prefieres?...
Y no te queda más que utilizar la diplomacia. Estas son las situaciones en las que me desespero y casi siempre fracaso. Por ahí me dicen: eres demasiado evidente.
Ó a la inversa, cuando preguntas por ejemplo:
- ¿Me veo más gordit@? …
- No, para nada estás más delgada, te ves súper bien.
Cuando la pesa te dice que subiste 5 kilos. ¬¬
Ajj, ¡qué desagradable! ¿Sería mucho pedir un poquito de objetividad en la vida digo yo? Cómo vamos a mejorar si no nos dicen claramente la verdad.
Aquí mi reclamo al mundo:
"Estudio demuestra que los chimpancés son expertos en diplomacia"
ResponderEliminarMish... Qué pillines!!
Ver link :
http://salud.latam.msn.com/articulo.aspx?cp-documentid=20811655